Cinco necesidades vitales de los niños y niñas

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Los niños y niñas tienen diferentes necesidades a lo largo de sus vidas. Aún en diferentes edades y en distintas etapas del desarrollo, y por tanto tengan problemas diversos y expresen sus personalidades de maneras particulares, estas necesidades permanecen constantes.
El concepto de las necesidades vitales de los niños hace que:

  • Recordemos que las personas tenemos estas necesidades a lo largo de nuestras vidas.
  • Esto permite que los padres apliquen los principios de las necesidades vitales bajo toda circunstancia y en cualquier situación.
  • Da a los padres una práctica continua para relacionarse con sus hijos de maneras emocionalmente sanas.
  1. La necesidad de sentirse importantes.
    Sentirse importante alude a la necesidad que el niño tiene de sentir, “Yo valgo. Soy útil. Soy alguien”. Esta necesidad es evidente a una edad muy temprana. Si los niños no se sienten importantes (y este es un problema crucial para los jóvenes en la actualidad), si no desarrollan una sensación de valía en formas constructivas, es posible que busquen maneras negativas para llamar la atención. Las opiniones, valores, actitudes y acciones de los padres son importantes para sus hijos, incluso a los adolescentes que en ocasiones quieren hacer parecer lo contrario.
  2. La necesidad de sentirse aceptados
    Los niños necesitan sentirse aceptados como individuos únicos. Los niños tienen derecho a abrigar sus propios sentimientos, opiniones, ideas, inquietudes, deseos y necesidades. Con demasiada frecuencia los adultos no validan las emociones de los niños. Cuando esto ocurre la comunicación se ve impactada de manera negativa y la relación se debilita. Si no se escuchan sus sentimientos los ocultarán, cobrarán mayor fuerza y resurgirán más adelante como conductas inapropiadas o destructivas, y no buscarán ayuda en los padres.
  3. La necesidad de sentirse respetados
    Cuando no se brinda respeto a los niños, su autoestima sufre y se propicia un comportamiento rebelde y carente de respeto hacia los demás. Los niños necesitan recibir el mismo respeto que nosotros mismos consideramos. Por ejemplo, es igual de fácil y toma el mismo tiempo decir, “Lo siento, mi amor. En este momento no tengo tiempo”, en lugar de “¡¿Qué no puedes ver que estoy ocupado?! ¡Deja de molestar!”.
    Con los niños, un sencillo acto de cortesía puede hacer mucho. Y enseñamos como responder con respeto ya amabilidad.